martes, 4 de marzo de 2008

Linfocito

De los cinco tipos existentes de leucocitos, o células blancas de la sangre, los linfocitos constituyen aproximadamente el 25% del total de células blancas. Se producen en el tejido linfático que se encuentra en los ganglios linfáticos. Los linfocitos son leucocitos más pequeños. Constituyen una de las partes del mecanismo inmune del organismo y son fundamentales en la formación de los anticuerpos contra la enfermedad. Cuando los microbios invaden el organismo, los linfocitos empiezan a multiplicarse y se transforman en células plasmáticas.
Cada célula plasmática es capaz de producir masivamente anticuerpos con una frecuencia de aproximadamente 2000 por segundo. Cada microbio estimula un único tipo de leucocito, que se multiplica y forma parte de la célula plasmática. Esta célula plasmática formada es el único tipo que puede fabricar un anticuerpo específico que destruya el microbio concreto que ha invadido el organismo.
Los linfocitos se pueden clasificar en dos tipos:
  • Linfocitos T
  • Linfocitos B.

La "T" en los linfocitos T representa al timo, la glándula que los procesa. Los linfocitos T poseen un doble papel en el mecanismo inmune:

  • La lucha contra las células extrañas atacándolas directamente mediante la liberación de sustancias químicas.
  • Y el control del mecanismo inmune.

Los linfocitos T actúan como supresores, protegiendo el organismo de los excesos de su propia defensa y estimulando a los linfocitos B para que actúen. Los linfocitos B son los que producen los anticuerpos.

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