En
el organismo se producen distintos procesos que mantienen constante
la cantidad de agua, sales, la concentración de sales, la
concentración de oxígeno y dióxido de carbono, nuestra temperatura
corporal, entre otras variables.
Todos
estos son ejemplos de homeostasis, de equilibrio y regulación
permanente de distintas variables que caracterizan a un organismo o a
una célula.
Esta
propiedad que hemos ejemplificado con nuestro propio cuerpo, es
propia de todos los seres vivos, sean microscópicos o no, animales o
vegetales.
El organismo está formado por millones de células que forman tejidos, órganos y sistemas de órganos, para mantener una función eficaz y contribuir a la supervivencia del organismo, en su conjunto estas células necesitan de condiciones relativamente estables. Los fisiólogos llaman homeostasis a esta estabilidad relativa.
La homeostasis es una situación en que el ambiente interno del organismo se mantiene dentro de determinados límites fisiológicos.
Los estímulos tienden a crear un desequilibrio en el medio interno, por ello se habla de estrés. Los estímulos estresantes pueden prevenir del medio externo, en forma de estímulos el calor, el frío, los ruidos intensos o la falta de oxígeno. También pueden originarse en el interior del organismo, como un bajo nivel de glucosa en la sangre, acidez del líquido extracelular, el dolor, etc.

El proceso homeostático fue descubierto por Claude Bernard en el siglo XIX, planteó que todos los mecanismos vitales que por muy variados que sean, tienen por fin mantener la constancia interna. Más tarde Walter B. Cannon (1875 – 1945), el fisiólogo norteamericano, observó que: “el calor producido por los músculos durante un ejercicio intenso podría coagular e inactivar a las proteínas del organismo si no se disipara rápidamente, así mismo los músculos también producen ácido láctico, el que si no es retirado por mecanismos que actúan rápidamente, las células se destruirían: “ nuestro organismo dispone de mecanismos que mantienen de una u otra forma el medio interno dentro de los límites normales”.
A raíz de estas observaciones y otras en 1928, Cannon, acuño el término homeostasis para definir la regulación de este ambiente interno y propuso un número de propiedades de la homeostasis que fueron confirmadas en años sucesivos.
Propiedades de la homeostasis







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