El corazón es un órgano muscular con forma de pera hueca que
está situado entre los pulmones en el centro del tórax, bombea sangre a todo el
cuerpo, suministrando oxígeno y nutrientes a las células. Está unido al
esternón por un tipo de tejido conectivo especial denominado ligamentos. La
punta (el extremo obtuso del borde inferior del corazón) está situada sobre el
diafragma, apuntando hacia la izquierda. La punta vibra con cada latido del
corazón. Esto es lo que siente al situar la mano en el corazón.
La sangre podría desplazarse a través de los vasos sanguíneos
por la acción de la fuerza de gravedad; sin embargo, esta fuerza no es
suficiente; en muchas partes de su trayecto debe moverse en dirección contraria
y se hace necesaria una fuerza o presión que la impulse y garantice su
movimiento.
El corazón tiene el tamaño de un puño..
El corazón se puede comparar con un trabajador incansable,
que día y noche bombea el líquido que nos mantiene vivos: la sangre. Se calcula
que el corazón late a un promedio de 70 veces por minuto en estado de reposo.
Tiene forma de pera, mide 12,5 centímetros de longitud y pesa aproximadamente
450 gramos. Este poderosísimo órgano se encuentra situado en el interior del
tórax, entre ambos pulmones.
Corazón en desarrollo
Debido a la necesidad del organismo de contar con un
suministro de oxígeno y nutrientes, el corazón y los principales vasos
sanguíneos se forman mucho antes que otros órganos.
Comienza a desarrollarse como dos tubitos, los que
transcurridos tres semanas desde la concepción, comienzan a fusionarse.
A la cuarta semana de embarazo es una pequeña bolsa de más o
menos un milímetro que ya ha comenzado a latir.
Organización y estructura interna del corazón:
El corazón está formado por
tres capas de tejidos, que de afuera hacia dentro son:
Pericardio
Miocardio
Endocardio
Músculo vital
El corazón está formado por un
músculo llamado miocardio, el que a su vez está recubierto en su interior por
el endocardio y en su cara externa por el pericardio.
La capa más interna o
endocardio, es una delgada capa de células lisas y planas. El miocardio, es una
capa de fibras musculares, donde reside la capacidad contráctil. Finalmente
está el pericardio, que reviste al corazón
.
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El corazón posee cuatro
cavidades:
1. Dos superiores, llamadas aurículas (derecha
– izquierda), estas tienen paredes delgadas y reciben la sangre de las venas.
2. Dos inferiores, llamados ventrículos
(derecho – izquierdo), estos tienes paredes gruesas y expulsan la sangre del
corazón hacia las arterias.
Las cavidades ubicadas a la
derecha, se encuentran separadas de la izquierda por tres tipos de tabiques:
el interauricular, que divide
las aurículas
el interventricular, que
divide los ventrículos, y el auriculoventricular, que separa las aurículas de
los ventrículos.
El corazón posee además,
válvulas que regulan el paso de la sangre entre las aurículas y los ventrículos
llamadas válvulas auriculo – ventriculares izquierda y derecha.
La aurícula derecha comunica
con el ventrículo derecho por un orificio llamado auriculoventricular derecho.
En los bordes de este agujero se sitúa la válvula tricúspide, llamada así
porque la constituyen tres membranas.
La aurícula izquierda hace lo
mismo con el ventrículo izquierdo a través del orificio auriculoventricular
izquierdo, en cuyos contornos se encuentra la válvula mitral o bicúspide,
llamada así porque la forman dos membranas. Dada su semejanza con la mitra de
un obispo.
Existen también las válvulas semilunares o
sigmoídeas, que comunican los ventrículos con la arteria pulmonar, si se trata
del ventrículo derecho y la arteria aorta si se trata del ventrículo izquierdo.
Se llaman así por su forma de media luna.
Estas válvulas son sumamente
importantes, por cuanto dejan pasar la sangre desde las aurículas hacia los
ventrículos, pero impiden el paso en sentido contrario.
Otras dos válvulas,
denominadas pulmonar y aórtica, evitan que la sangre que está en las arterias
refluya hacia los ventrículos.
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Cuando se fallece nuestros
órganos pueden ser donados porque el corazón sigue latiendo. Para evitar su
deterioro, se lo deja a bajas temperaturas y así disminuir su actividad
¿
Cómo se alimenta el corazón?
Pareciera ser que al corazón
sólo le preocupa trabajar para alimentar a nuestro organismo; pero muchas veces
nos preguntamos: ¿quién nutre al corazón para que luego nos nutra a nosotros?
La verdad es que el corazón recibe el aporte sanguíneo a través de dos arterias
denominadas coronarias, derecha e izquierda. Ambas salen de la aorta, la gran
arteria que recibe la sangre del ventrículo izquierdo, casi inmediatamente
después de las válvulas aórticas.
Las arterias coronarias no
están aisladas entre sí; cada una de ellas es responsable de suministrar sangre
a un área cardíaca, en un complejo de ramificaciones que constituyen una red de
vasos de menor calibre unidos los unos con los otros.
Cavidad Cardiaca |
Es aquí donde sus finas
paredes permiten el paso del oxígeno y los nutrientes, además de recoger
anhídrido carbónico, ácido láctico y otros productos de desecho desde las
células cardíacas. Los capilares se reúnen nuevamente en vasos de mayor
diámetro, hasta formar las venas coronarias que drenan la sangre en la aurícula
derecha. Se estima que aproximadamente una vigésima parte de la sangre que
bombea el corazón sirve para su propio mantenimiento.
Marcapasos: ritmo artificial
El marcapasos cardíaco es un
aparato que estimula artificialmente el corazón cuando este presenta
alteraciones en su ritmo. Por lo general se implanta bajo la piel, y los
modelos más sencillos funcionan a una frecuencia preestablecida de 70 latidos
por minuto. Existen otros que son capaces de detectar los impulsos naturales
del nodo sinusal y transmitirlos a los ventrículos.
Bancos de sangre
Los bancos de sangre son
depósitos que se mantienen en hospitales y clínicas para ser utilizados en caso
que una persona lo requiera. Anualmente se utilizan millones de litros de
sangre para transfusiones, debido a que el organismo no puede fabricar sangre con
la suficiente rapidez como para mantener la presión sanguínea después de un
accidente severo o una hemorragia grave.
Un motor a toda marcha
De seguro has experimentado
muchas veces la sensación de que el corazón “se te sale por la boca”. Cuando,
por ejemplo, realizas una actividad física intensa, se produce un aumento en la
demanda de oxígeno, y como éste se transporta en la sangre, el corazón debe
bombear más rápidamente para mantener a los músculos con el suministro
sanguíneo adecuado. El ritmo cardíaco sólo se restablece cuando la actividad
cesa o va disminuyendo en intensidad.
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