Hipotálamo:
Es uno de los órganos reguladores más importantes de la homeostasis. Contribuye a la regulación de la contracción del músculo liso (como el del tubo digestivo) y cardiaco; y de la secreción de muchas glándulas. Regula la temperatura corporal. En él se encuentra el centro del apetito, responsable de la sensación de hambre y el centro de la sed. Contribuye a mantener los estados de vigilia y los patrones de sueño.
Tálamo
A esta estructura llega información sensorial, que permite apreciar sensaciones como el dolor, la temperatura y la presión. Al tálamo llega la información antes de pasar a la corteza cerebral.
El tálamo es un centro por el que pasan todas las vías sensitivas (excepto las olfatorias) que van a la corteza cerebral. Actúa, por tanto, como filtro de los informes sensitivos y solos deja pasar aquellos que tienen importancia. Esta función es muy relevante, ya que el cerebro no podría procesar todos los estímulos que nos llegan a la vez, procedentes de sentidos tan activos como la vista y el oído. Así podemos prestar atención a aquello que nos interesa en cada momento o que requiera una respuesta rápida por constituir una amenaza o un peligro.
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